Las mascarillas faciales ofrecen beneficios clave como la hidratación, la limpieza profunda de poros y la eliminación de impurezas, el control de la grasa, la mejora de la luminosidad y la textura de la piel, y el tratamiento de signos de envejecimiento.
Hidratantes: Reponen la humedad de la piel, combatiendo la sequedad y la tirantez.
Antiedad: Reducen la apariencia de arrugas y líneas de expresión, mejorando la elasticidad.
Iluminadoras: Devuelven la luminosidad y el brillo natural al rostro.
Calmantes: Reducen la irritación, inflamación y rojeces, proporcionando confort.
Desintoxicantes: Ayudan a eliminar toxinas y purificar la piel, especialmente útil para pieles grasas o mixtas.
Control de Grasa: Regulan la producción de sebo, siendo ideales para pieles grasas y propensas al acné.